Julia se ha estado sintiendo triste, y le está fallando la memoria. No sabe qué hacer con su tiempo, olvida dónde dejó los espejuelos.
Recientemente descubrió con una amiga el placer de tejer a crochet. Combinar puntos, copiar dibujos, dejar volar su imaginación.
Con los giros de la aguja revive sus recuerdos pasados, e incorpora los recientes. Cada puntada es un rostro, una historia, las cadenetas son los hilos de su larga vida y en ellas va insertando los nuevos eventos que van apareciendo.
Los que la miran hacer se maravillan de la vida que asoma a sus ojos y de la vitalidad de sus manos cuando sostienen una aguja y una madeja de hilo.
Ella sonríe porque moviendo la aguja activa su memoria, mejora su ánimo y en su mente vuelve a reinar la armonía.
Photo by Diego Pontes from Pexels
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